Del taller a la academia

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Del taller a la academia

La formación de las modistas fue clave para su profesionalización y fue también el detonante de la aparición de unas primeras formas de alta costura o costura de lujo en Cataluña.

Els tallers

Uno de los hitos clave para la modistería fue la consolidación de unos estudios específicos y reglados que permitieran a las modistas acceder a una formación completa desligada de la del taller.

Gran parte de las modistas entraban como aprendices a un taller durante unos años y luego pasaban a ser oficialas, en una trayectoria heredada de la antigua organización gremial. La modista que regentaba el taller u obrador tenía a su cargo oficialas, medias oficialas y aprendices, que se encargaban de las tareas más sencillas a cambio de un aprendizaje del oficio.

Entrar en un taller al servicio de una modista era el camino a seguir para todas aquellas chicas, de entre 12 y 16 años aproximadamente, que no se podían permitir una mejor formación. Esto les permitía entrar en contacto con el mundo laboral y lograr una cierta preparación, eminentemente práctica. Las aprendices, en algunos casos, podían llegar a ganar un pequeño salario.

"La modista iba los domingos, muy bien vestida, a la misa de las doce. Un domingo la paró en la acera y le habló de su deseo. La modista ya tenía una aprendiz, pero no era suficiente para el trabajo y le cayó muy bien el ofrecimiento de la bacaladera. - Envíemela mañana por la mañana y veremos que hace...- Al día siguiente por la mañana, la pequeña subió a casa la modista. La hicieron entrar en el taller. "

(Catalana: Revista Semanal, n. 54, 1919, p. 361)

Las primeras academias de corte y confección

Cabe decir que en estos talleres, el aprendizaje, el desarrollo y la madurez de los conocimientos de las modistas eran absolutamente anárquicos, ya que este tipo de organización no estaba sometida a ningún reglamento. 

Sin embargo, paralelamente a la formación en el taller, fueron abriéndose poco a poco academias de corte y confección que impartían enseñanzas regladas de sistemas de corte.

Se tiene constancia de la existencia de esta índole de centros en Barcelona, ya desde el año 1880, cuando en el Pasaje Madoz se encontraba la academia Colegio de Nuestra Señora del Carmen, de Carmen Ruiz y Alá. Asimismo, en 1884, se ubicaba una academia de corte de Maria del Carmen Feliu, situada en el cuarto piso de la calle Banys Nous número 13.

Fue durante la última década del siglo XIX y la primera del XX, cuando estas academias se multiplicaron exponencialmente en la capital catalana.

En 1896, en Barcelona, constaban en el Anuario Riera, 13 academias de "corte", entre las que se distingue la de Carmen Martín de Missé, que desarrolló el conocido "Sistema Martí". Dos años más tarde, en 1898, el número de academias de modistería (que hay que distinguir de las de sastrería) había crecido más del doble, alcanzando un total de 30 establecimientos. El año siguiente, en 1899, pasaron a ser 43 y, en 1900, 51. Esta dinámica de crecimiento continuó y en 1904 se documentan 62 academias. Aunque durante los años 1905 y 1908 las academias que aparecen sufrieron un descenso, entre los años 1910 y 1913 éstas volvieron a aumentar, llegando a ser 76 en 1913.

A principios del siglo XX, los anuncios de las academias de corte abundaban en la publicidad de la prensa, utilizando y haciendo énfasis en conceptos como "corte parisino" o "taller exclusivo". Asimismo, es muy interesante observar que cada una de estas academias partían de un método específico de dibujo de patrones, inventado y patentado, sobre el que estructuraban el curso, que podía ser de duración muy variada.

 

Carmen Martí de Missé

De entre las academias que se fundaron en este momento, cabe destacar la de Carmen Martín de Missé, que pasó de estar situada en la calle Banys Nous de la Barcelona antigua, al número 59 del Paseo de Gracia en 1908, acto bastante significativo. En 1910 se aludía a Carmen Martí de Missé como una "distinguida y eminente profesora de corte establecida en Barcelona, que ha introducido en este ramo de enseñanza notables perfeccionamientos y adelantos, y al que rinden tributo las más importantes Academias de corte y Centros de confeccionas de España y América guiándose por su valioso «Método de corte Martí», uno de los más provechosos y necesarios libros a la mujer ".

Es interesante observar que no sólo hubo un crecimiento en número de academias en Barcelona, sino que además algunas de éstas aumentaron signifiativamente su tamaño, ocupando diversos centros y más de un piso. Este hecho es significativo del papel que jugó la modistería no sólo en el desarrollo de la moda catalana sino también en el proceso de formación de las mujeres barcelonesas.

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